Con una persona fallecida, con la inocultable ausencia del Estado Nacional, con la provincia y el municipio lanzados a la construcción de un enemigo público al que culpar lo antes posible, y con una enorme movilización popular de bomberos, brigadistas y voluntarios convertidos en el músculo del combate del fuego, el incendio forestal que sufre El Bolsón ingresó en su quinto día tras consumir tres mil hectáreas de bosques y cultivos, y arrasar con el hogar de por lo menos un centenar y medio de familias que perdieron todo lo material de su vida, informó Alejandro Pairone para el portal Tiempo Argentino.
La víctima que se cobró el fuego fue Don Ángel Reyes, un antiguo poblador rural del Mallín Ahogado, de 84 años, quien según los primeros indicios había sido evacuado pero retornó a su chacra para llevar alimentos a los animales que había dejado en ese lugar. Un cambio de viento lo encerró y quedó cercado por el denso humo y las llamas. Sus restos iban a ser sepultados este lunes a la tarde en el cementerio local.
Uno de los aspectos más graves de los incendios en Río Negro y Chubut es la ausencia del Estado Nacional, que hasta ahora se limitó a aportar los mínimos recursos del disminuido Plan Nacional de Manejo del Fuego, dependiente de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La Casa Rosada se mantuvo completamente al margen, como si se tratara de otro país. Ni recursos económicos, ni asistencia de ninguna naturaleza o condición humanitaria. Su única presencia fue a través de dos aviones, un helicóptero y una treintena de brigadistas precarizados del Plan Nacional de Manejo del Fuego, que se encuentra significativamente disminuido y desfinanciado por el desmantelamiento del Estado que lleva adelante el régimen de los libertarios. La sociedad comienza a advertir que la motosierra mata.
Tal fue el desapego y la falta humanidad que el Gobierno nacional ni siquiera emitió un sencillo comunicado de solidaridad con las víctimas.
Los últimos dos contactos de la ministra Bullrich con la Patagonia fueron hace diez días cuando se sumó a una campaña de mentiras en redes sociales para culpar a la comunidad mapuche por los incendios en Epuyén, y cuando, en compañía de su ex subordinado político y actual gobernador de Chubut, Ignacio Torres, el 9 de enero movilizó decenas de tropas de asalto de Gendarmería Nacional y Policía Federal, camionetas, camiones de asalto y hasta helicópteros en su intento fallido de desalojar a solo 18 personas de la lof Pailako, en el Parque Nacional Los Alerces.
Un enemigo difuso
Todo el plan de lucha contra el incendio está conducido políticamente (pero no operativamente) por el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck y el intendente local Bruno Pogliano, quienes desde el viernes han desplegado una incansable producción de videos cortos y flyers para redes sociales. El más activo es Pogliano, quien produce cortos breves donde se presenta en lugares para relatar acontecimientos o emociones como un presentador de TV. Weretilneck resulta más moderado y produce un par al día con discurso emotivo, gesto compungido y habla cancina.
La nota completa acá: https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/el-estado-nacional-y-el-gobierno-provincial-los-dos-ausentes-en-la-lucha-contra-el-fuego-que-arrasa-a-rio-negro-y-chubut/
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