El Gobierno formalizó la creación de dos zonas de exclusión aérea para drones: una sobre la Casa Rosada y otra sobre la residencia presidencial de Olivos. La medida, establecida mediante avisos oficiales (NOTAM) emitidos por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), estará vigente desde el 11 de marzo hasta el 9 de junio.

Según los documentos, las restricciones fueron solicitadas por la Policía Federal Argentina y el Comando Aeroespacial «por cuestiones de seguridad». Las áreas prohibidas abarcan un radio de 926 metros desde el centro de cada ubicación y se extienden hasta una altura de 600 metros. Además, se advierte que se aplicarán «medidas de seguridad con sistemas antidrones» y sanciones para quienes incumplan la normativa.

Las zonas restringidas son:

  • Casa Rosada: centro en las coordenadas 34°36’29» S / 058°22’15» W.
  • Quinta de Olivos: centro en 34°30’54» S / 058°28’46» W.

La medida, que comenzó a regir el martes pasado, se conoció públicamente dos días después de la represión a una manifestación de jubilados y hinchas en los alrededores del Congreso, donde el fotógrafo Pablo Grillo resultó gravemente herido por el impacto de una granada de gas lacrimógeno.

Si bien no es la primera vez que se restringe el uso de drones en zonas urbanas, la simultaneidad de las dos prohibiciones, su duración prolongada y el endurecimiento del control aéreo han generado atención en un contexto donde los registros fílmicos podrían resultar incómodos para el Gobierno.

La ANAC, desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, pidió «dar amplia difusión» a la resolución, pero no brindó detalles sobre los criterios para autorizar eventuales vuelos en esas áreas ni las circunstancias específicas que motivaron la urgencia de la medida.

Mientras tanto, la posibilidad de observar desde el cielo se convierte, por un tiempo, en un privilegio reservado.

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