El mundo privado no prevé que la inflación mensual perfore el piso del 4%. Mientras distintos sectores productivos y financieros presionan por una devaluación, en el Gobierno analizan mantener la recesión y un tipo de cambio atrasado.
Los datos de alta frecuencia de precios midieron una inflación relativamente estable en la tercera semana de agosto y evolucionan de forma consistente con una proyección de 4% para el mes, similar a la de julio, según el informe del banco de inversiones Facimex. El IPC de Orlando Ferreres, en tanto, proyectó 3,9% , mientras EcoGo espera un poco más, 4,2% y Equilibria 3,5%, siempre estimando la evolución del ïndice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec.
El Bank of América lo expuso en su informe de hace una semana, cuando sostuvo que “el Gobierno podría compensar el recorte de impuestos a las importaciones con un tipo de cambio oficial más alto”.
La apuesta está puesta en qué hará la semana que viene el Palacio de Hacienda, cuando tenga que cumplir con el compromiso de bajar el impuesto PAIS a la compra de dólares de una alícuota de 17,5% a 7,5%.
La política de Milei y Caputo viene cumpliento las tres bases de cualquier programa ortodoxo de reducción de inflación: eliminar la emisión monetaria, permitir una apreciación de la moneda con una tasa de devaluación menor a la de inflación y generar una contracción de la demanda por la caída de ingresos de la sociedad.
El Gobierno de Milei generó una recesión mucho más profunda de lo tolerable con la idea de que, de alguna forma, la recesión viene y se va sola, pero ahora enfrenta un esquema inflacionario donde cuesta perforar la línea de 3% a 4%, pero que además depende mucho de mantener la recesión y hasta profundizarla. Cada vez que aparecen indicadores que muestran algún nivel de reactivación impacta en precios y obliga a profundizar el ajuste.
Hoy la inflación parece estancada en el rango de 3% a 4% mensual, la recuperación finalmente se abortó -como mostraron los indicadores de junio del EMAE- y las encuestas empiezan a mostrar un fastidio de la sociedad con la falta de logros de la política económica y las internas en el partido de gobierno La Libertad Avanza, que ponen en riesgo la gobernabilidad.
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