El gobierno de Javier Milei desreguló el mercado de Gas Licuado de Petróleo (GLP) a través de una medida de la Secretaría de Energía, alineada con su política de libre mercado.

Se conoció la medida del gobierno nacional que elimina los precios máximos para las garrafas del Programa Hogar. La decisión generó un fuerte debate y preocupación, especialmente entre los sectores más vulnerables. La medida, impulsada por la Secretaría de Energía apunta a desregular el mercado del Gas Licuado de Petróleo (GLP), en línea con la política de libre mercado que promueve el gobierno de Javier Milei.

El precio de una garrafa de 10 kg, por ejemplo, está actualmente en $8.500, un aumento del 31,8% en comparación con el primer trimestre del año. Este incremento, lejos de ser un ajuste mínimo, representa una carga significativa para quienes dependen de este recurso básico para la calefacción y la cocción de alimentos.

Más libertades 

Desde el gobierno, la justificación para esta decisión se centra en «dejar de obstruir el ejercicio de las libertades individuales en el ámbito contractual», argumentando que la desregulación fomentará la competencia y, eventualmente, una mejora en la eficiencia económica del sector. Sin embargo, esta postura choca con la realidad de miles de hogares que verán sus presupuestos aún más ajustados.

El temor de muchos es que esta medida, presentada como una forma de «liberar el mercado», termine por aumentar la desigualdad y la brecha social. Sin un control efectivo sobre los precios, las garrafas podrían volverse inalcanzables para las familias de menores ingresos, lo que podría llevar a situaciones de vulnerabilidad extrema, especialmente en regiones del país donde las temperaturas caen drásticamente en invierno.

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