La inflación en febrero registró un aumento del 2,4%, impulsada principalmente por el alza en los precios de la carne, que se disparó un 13,1%. Este incremento agrava las dificultades de un sector importante de la población para llegar a fin de mes, en un contexto donde los salarios no logran recuperarse frente a la suba de precios.
El rubro de alimentos registró incrementos superiores al 3%, con aumentos significativos en productos básicos. Por su parte, los servicios tuvieron un ajuste cercano al 4%, aunque la canasta que se utiliza para medir la inflación no incluye a buena parte de los servicios que utiliza la población, como denunció la CGT.
Uno de los datos más preocupantes es el aumento del 3,7% en el rubro de Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles. En el área metropolitana, la electricidad subió un 1,5% en febrero, lo que representa un aumento real del 2% si se considera el efecto de la quita de subsidios. El gas también registró un ajuste similar. En el caso del agua, el gobierno decidió topear el aumento en un 1%, a pesar de que la fórmula de ajuste mensual preveía un incremento mayor.
Desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) señalaron que el gobierno utiliza tres «anclas» para contener la inflación: la caída del salario, el tipo de cambio pisado y las tarifas. Sin embargo, estas medidas no han logrado frenar el impacto inflacionario en la economía familiar.
La decisión del gobierno de no homologar paritarias por encima del 1% en marzo impide la recuperación salarial, lo que mantiene el consumo deprimido. Esta caída en el consumo es, según analistas, una de las principales razones de la moderación relativa de los precios, especialmente en el rubro de alimentos.
A pesar de que la inflación núcleo nunca convergió al 2%, el gobierno decidió reducir el «crawling peg» (el deslizamiento cambiario) al 1% desde el 1° de febrero, quitando presión sobre la dinámica inflacionaria. Sin embargo, el Contado con Liquidación (CCL) se movió al 1,7% en promedio, lo que refleja tensiones en el mercado cambiario.
Esta situación explica, en parte, la caída del gobierno y del presidente Javier Milei en las encuestas. Según un reconocido encuestador consultado por LPO, «la expectativa de la gente de una mejora económica, después de casi un año y medio de gestión, se está estrellando con la realidad de que a la gente no le alcanza la plata».
El alza de precios, sumada a la falta de recuperación salarial y el ajuste en servicios básicos, profundiza la crisis económica y aumenta el malestar social, en un contexto donde la inflación sigue siendo uno de los principales problemas para los argentinos.
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