El juez federal subrogante de Bariloche, Gustavo Zapata, resolvió extender por 60 días la prisión preventiva de Konstantin Rudnev, líder de una presunta secta internacional acusado de trata de personas con fines de explotación sexual y servidumbre. El imputado permanecerá en el penal federal de Rawson, mientras la fiscalía avanza en la investigación.
La trama: engaño, coerción y un bebé como trampa migratoria
Según la fiscalía, Rudnev encabezaba una organización que trasladó desde Rusia a una joven embarazada de 22 años, quien ingresó a Argentina el 9 de enero con gastos pagados por el acusado. La alerta saltó en marzo, cuando la víctima llegó al hospital Ramón Carrillo de Bariloche custodiada por mujeres rusas.
Los fiscales Fernando Arrigo, Gustavo Revora y Tomás Labal sostienen que Rudnev planeaba inscribir al recién nacido (que nació el 21 de marzo) como hijo propio para obtener la nacionalidad argentina y luego gestionar residencia en Brasil, donde la secta también operaba.
Detenciones y medidas restrictivas
Rudnev fue arrestado el 28 de marzo en el aeropuerto de Bariloche, junto a un grupo de mujeres rusas, cuando intentaban viajar a Buenos Aires presuntamente para huir a Brasil. En total, hay 21 imputados (19 mujeres y 2 hombres), aunque el juez liberó a 20 de ellos con condiciones:
- Prohibición de salir del país
- Retención de pasaportes
- Presentación semanal ante la policía
- Prohibición de contacto con la víctima y su bebé
Pese a la oposición fiscal, el juez ordenó devolver hasta US$1.000 por persona a los detenidos.
Fachada espiritual y narcotráfico
La fiscalía denunció que la organización operaba bajo una cobertura de prácticas espirituales y yoga, aprovechando la vulnerabilidad de sus víctimas. Además, dos imputadas fueron acusadas de transportar cocaína (en frascos con pastillas) desde Bariloche a Buenos Aires.
El caso también incluye cargos por fraude migratorio y tentativa de falsificación de identidad de un menor. El juez dio un año de plazo para que la fiscalía reúna pruebas y consolide la acusación.
Con Rudnev tras las rejas y el resto de los sospechosos vigilados, la investigación busca desmantelar una red que, según las autoridades, explotaba a mujeres bajo el disfraz de un grupo de autodesarrollo.
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