Una vez más, cientos de jubilados se congregaron este miércoles frente al Congreso Nacional para reclamar contra lo que denuncian como «miseria impuesta» por el gobierno nacional. Como en semanas anteriores, la protesta terminó con fuerte represión: las fuerzas federales desplegaron gases lacrimógenos y pimienta, dejando al menos 70 personas asistidas por voluntarios, una mujer trasladada por el SAME y un hombre detenido.

Entre los afectados estuvo el diputado Alejandro Vilca (izquierda), quien debió ser atendido en la enfermería del Congreso. La represión se desató mientras los manifestantes realizaban un «semaforazo», interrumpiendo el tránsito para visibilizar sus reclamos. Ante el avance policial, los jubilados y organizaciones acompañantes, como la UTEP y partidos de izquierda, retrocedieron por la avenida Rivadavia.

«No le tenemos miedo a la policía, sino a morir de hambre»

Pese a la violencia, los manifestantes aseguraron que no darán marcha atrás. «No le tenemos miedo a la policía de Bullrich, miedo le tenemos a morirnos de hambre», declaró una jubilada a C5N. Otro hombre, mientras recibía asistencia médica por los efectos de los gases, anunció que el próximo 1º de mayo marcharán a Plaza de Mayo. «No nos van a cansar, no nos van a callar», advirtió.

La protesta semanal de los jubilados se ha convertido en un escenario recurrente de tensión, con fuerzas de seguridad reprimiendo duramente cada movilización. Sin embargo, los manifestantes insisten en que continuarán hasta que sus demandas sean escuchadas.

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