El año pasado, los precios de los medicamentos experimentaron un incremento sin precedentes, superando el 200%, muy por encima de la inflación general, que alcanzó el 117,8%. Este drástico aumento tuvo un impacto directo en las ventas, que registraron una caída de 60 millones de unidades en comparación con 2023, según un informe de la asociación Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco), basado en datos del Ministerio de Salud de la Nación.
Uno de los sectores más afectados fue el de los jubilados y pensionados, ya que el PAMI redujo sus compras de medicamentos en un 22% respecto al año anterior. Esta disminución equivale a 3,7 millones de unidades menos, lo que compromete la salud de una gran parte de los afiliados a la obra social, según señaló Rubén Sajem, presidente del Centro de Profesionales Farmacéuticos (Ceprofar). Sajem también destacó que, al comparar diciembre de 2024 con octubre del mismo año, la caída en las compras fue del 32%, lo que representa 6,4 millones de unidades menos adquiridas. Esto refleja que muchos tratamientos no están siendo cubiertos, con consecuencias directas para la salud de la población.
El impacto de la suba de precios también se hizo sentir en las farmacias, que registraron una disminución interanual del 7,85% en las ventas, equivalente a 60.097.577 unidades menos que en 2023, según datos de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA). A pesar de esta caída en volumen, el mercado farmacéutico movilizó $8.885.919.050.315, lo que representa un aumento del 217,81% en términos monetarios respecto al año anterior, cuando el monto total fue de $2.795.944.863.527.
Este escenario complejo, marcado por el aumento desmedido de los precios y la consecuente reducción en el acceso a los medicamentos, plantea un desafío significativo para la salud pública, especialmente para los sectores más vulnerables de la sociedad.
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